El precio del WTI, el crudo de referencia para Estados Unidos, perdió 12,2% la semana pasada y cerró el viernes a US$57,81 el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York. Los analistas de Credit Suisse CSGN.VX -2.23% y otros bancos auguran que pasarán años antes de que el petróleo vuelva a los US$100 por barril.
Para los conductores y quienes utilizan derivados del crudo para la calefacción de sus casas, el derrumbe en los precios equivale a una bonificación imprevista o una devolución de impuestos.
Para los inversionistas, no obstante, la situación es un poco más compleja. Las acciones de las empresas energéticas han sido vapuleadas al igual que los bonos chatarra.
Sin embargo, también hay posibles ganadores, como las cadenas minoristas. El Departamento de Comercio de EE.UU. anunció la semana pasada que las ventas minoristas crecieron 0,7% en noviembre, su mayor alza en ocho meses. La mejoría del empleo en EE.UU. también ayuda.
De todos modos, no todos los minoristas se benefician. Mientras que las ventas de automóviles y autopartes son fuertes, las de vestuario y accesorios, alimentos y bebidas así como las de indumentaria deportiva, no parecen haber tenido un repunte muy pronunciado.
Algunos analistas dicen que entre los principales beneficiados figuran las cadenas de precios bajos como Wal-Mart Stores Inc. WMT +0.16% En opinión de los analistas, el descenso en los precios del combustible ayuda enormemente a los clientes de estas cadenas, que suelen ser de menores ingresos, al dejar más dinero en sus billeteras para gastar en bienes para el hogar y otros artículos. Wal-Mart reportó el mes pasado su primer aumento trimestral en las ventas desde 2012 y mencionó el abaratamiento en los costos de la energía como un factor importante.
Otro sector favorecido es el de las aerolíneas, cuyas ganancias crecerán, predicen los analistas. El combustible representa cerca de la mitad de los costos de las aerolíneas y no se espera que muchas traspasen a los usuarios la rebaja en costos mediante una reducción en los precios de los pasajes. La acción de American Airlines se ha disparado 25% en los últimos seis meses mientras que la de Delta ha subido 35% en el mismo lapso.
Sin embargo, un creciente número de analistas advierte sobre las consecuencias negativas de la caída del petróleo. Las empresas energéticas sentirán la presión hasta que los precios repunten. Algunas ya están ajustando sus estrategias. La petrolera británica BP, por ejemplo, informó la semana pasada que realizará despidos y asumirá cargos contables de US$1.000 millones ligados a costos de reestructuración.
Algunos inversionistas como Doug Kass advierten que el contagio del debilitamiento en los precios de la energía puede ser impredecible. “La mayoría subestima las consecuencias negativas de la caída del petróleo”, señala Kass, a quien le preocupa el impacto sobre los bancos que prestan al sector energético.
Un mercado que ha sentido la ola expansiva de la caída de los precios del petróleo es el de la deuda chatarra, es decir los bonos emitidos por empresas que no tienen la calificación de grado de inversión. En EE.UU., cerca de 14% de este mercado está compuesto de empresas ligadas a la energía. Marty Fridson, director general de inversión de Lehmann Livian Advisors señala que el mercado prevé “una recesión de la industria petrolífera en 2016”.
Douglas Rothschild, director general de PT Asset Management, sostiene que “la velocidad de la caída es negativa porque muchas compañías no se pueden ajustar con la suficiente rapidez… lo que produce despidos, cesaciones de pagos de los deudores y problemas para los acreedores”.
Un reciente informe del gigante de inversión en renta fija Pimco advierte que “los perdedores serán los exportadores de petróleo, incluyendo Noruega, para la que las exportaciones de materias primas equivalen a 20% del PIB, y Rusia. Países como Corea del Sur, China, Japón, India y Tailandia, importadores netos de crudo, saldrán beneficiados de la abrupta caída en los precios”.
La economía canadiense, que tiene una importante industria de la energía, puede sufrir daños si el precio del petróleo continúa débil.
Fuente: La Prensa Gráfica/ The Wall Street Journal
Lunes 15 de diciembre de 2014
Por: Gregory Zuckerman