Ahora, Microsoft está luciendo como la reina del baile. Las startups y empresas de capital de riesgo se mantienen en contacto frecuente con los ejecutivos de Microsoft, colaboran para asegurarse que sus propios productos funcionen sin trabas con los de Microsoft y celebran el éxito de la empresa.

El motivo principal: Satya Nadella, que el miércoles cumplió su primer año como presidente ejecutivo de Microsoft. En el último año, Nadella ha cautivado a Silicon Valley mediante una energética diplomacia personal.

Microsoft, con sede en Redmond, Washington, antes aplastaba o absorbía tecnologías emergentes que no se originaban dentro de sus instalaciones. Esa postura funcionaba cuando el software operativo Windows de la empresa definía la computación. Pero el mundo de la tecnología ya no es tan homogéneo. Los consumidores, los desarrolladores de software y los compradores de tecnología corporativa ahora emplean una mezcla de tecnologías de distintas fuentes, y esperan que todo funcione sin interrupciones. Microsoft tiene que subirse a bordo, o quedarse atrás.

Nadella ha fomentado una nueva disposición por aprender de y trabajar con organismos externos. Se ha reunido con startups, concertado acuerdos con competidores, abierto las puertas a alternativas gratuitas a los productos de Microsoft y comprado tecnologías para colocar a Microsoft en un puesto más competitivo frente a rivales como Google Inc., Amazon.com Inc. y docenas de ambiciosos diseñadores de aplicaciones. Dentro de la compañía, ha predicado el evangelio de aprender de otras firmas y promocionado una cultura en la que las tecnologías desarrolladas en otros lugares no son consideradas enemigas automáticamente.

“Bajo el liderazgo de Satya Nadella, la compañía ha cambiado dramáticamente no solo su discurso, sino también su rumbo”, afirmó el presidente ejecutivo de Box Inc. Aaron Levie, cuyo sistema para compartir documentos compite con los servicios SharePoint y OneDrive de Microsoft. “Este es un caso práctico sobre la reinvención corporativa”.

Esa no era la actitud de Levie hace tres años cuando, durante una presentación de un producto a potenciales clientes, dibujó un bigote en una imagen proyectada del entonces presidente ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer. Levie tiene una relación amistosa con Nadella. La semana pasada, escribió una entrada de blog muy positiva sobre la nueva aplicación móvil de correo electrónico de Microsoft, que facilita adjuntar archivos guardados en Box.

En algunos segmentos del mundo tecnológico, Microsoft sigue teniendo poca importancia. Los creadores de populares aplicaciones móviles de iPhone y Android como Snapchat, Pinterest y Starbucks concluyen que no vale la pena hacer una versión para el Windows Phone, utilizado en solo 3% de los smartphones nuevos en todo el mundo. Bajo el liderazgo de Nadella, Microsoft ha seguido perdiendo cuota de mercado de móviles.

Sin embargo, las acciones de la empresa han aumentado 29% desde el día en que Ballmer anunció su jubilación en agosto de 2013. Las acciones en noviembre llegaron a un punto máximo de US$50,04, el punto más alto desde 2000, antes de debilitarse un poco recientemente.

Además, la perdida de la posición de Microsoft como innovador computacional le ha costado influencia entre los programadores jóvenes, particularmente a consecuencia de los pasos en falso que rodearon a Windows 8.

La startup de San Francisco Slack Technologies Inc., que produce una herramienta de comunicación al estilo de redes sociales para la oficina, ha batallado para encontrar desarrolladores cualificados que les interese desarrollar software para Windows, apuntó el presidente ejecutivo Stewart Butterfield.

A diferencia de su predecesor inmediato, Nadella se ha esforzado por elevar el perfil de la empresa entre los ingenieros emergentes. Madrona Venture Group, una firma de Seattle que invierte en empresas jóvenes de tecnología, llevó a cabo una sesión el verano pasado para cerca de 12 ejecutivos de startups para socializar con representantes de Microsoft como Scott Guthrie, uno de los subalternos de mayor confianza de Nadella, e informarlos sobre sus empresas y sobre cómo podrían trabajar más estrechamente con Microsoft.

“Intentamos realizar este tipo de sesiones durante la era de Ballmer, pero no pudimos superar la burocracia”, dijo Matt McIlwain, un socio de Madrona.

El mismo Ballmer ha dicho que un nuevo rostro en la cabeza de Microsoft le dio a Microsoft la oportunidad de reiniciar sus relaciones con empresas de tecnología más jóvenes. “Bill (Gates) y yo teníamos un cierto tipo de reputación”, apuntó Ballmer en una conferencia de tecnología de The Wall Street Journal en octubre. “Satya tiene la oportunidad de formar un nueva relación con el resto de lo que calificaría de la industria de creadores que construyen esta esfera tecnológica, y creo que eso será algo bueno y positivo para Microsoft”.

Los vínculos más estrechos con startups están mostrando señales de generar retornos: tanto para Microsoft como para sus socios. Gracias a la retroalimentación de Nadella y Guthrie, la startup de software de gestión de informativa Apptio agregó una función que permite a los directivos de departamentos de informática comparar rápidamente el costo de operar su servicio de computación en sus propios centros de datos, en el servicio de computación de pago inmediato Azure de Microsoft y un servicio competidor de Amazon.

“No lo habríamos hecho de no ser por nuestra relación con Satya”, indicó Sunny Gupta, el presidente ejecutivo de Apptio, que conoció por primera vez a Nadella mientras cenaban falafel hace varios años. Microsoft también cambió su software de facturación para facilitar que las empresas automaticen y compren servicios de computación en Apptio.

Microsoft no permitió que Nadella concediera una entrevista para este artículo.

La señal más visible de cambio bajo Nadella es su disposición a colocar el software de Microsoft junto a productos de competidores, incluso cuando amenazan con quitarle ventas a su empresa.

La estrategia es una apuesta a que acoger tecnologías consideradas útiles por los consumidores, desarrolladores y empresas al final de cuentas será bueno para Microsoft también.

Uno de los primeros anuncios de Nadella como presidente ejecutivo fue el lanzamiento de una versión de la suite de software de productividad Microsoft Office para iPads de Apple Inc., una medida que eliminó la función exclusiva de las tabletas de Windows. Nadella el pasado noviembre hizo que fuese igual de fácil poder guardar hojas de cálculo o documentos Word de las aplicaciones móviles de Office en el sistema de almacenamiento en línea de Dropbox Inc. que en su propio archivador digital, OneDrive.

A partir de la semana pasada, la aplicación de email Outlook de Microsoft para iPhones y smartphones Android es esencialmente una versión con nuevo nombre de la que ofrece la startup Acompli que Nadella compró en diciembre.

Otra señal de la disposición de Nadella de acoger tendencias de tecnología incluso si estas compiten con Microsoft es que la empresa está negociando para invertir en Cyanogen, una startup que está desarrollando una versión del sistema operativo móvil de Android. La inversión se trata de un cálculo de que Microsoft difundirá su software a través de Android, por mucho el sistema operativo dominante de teléfonos móviles, incluso si perjudica a los teléfonos Windows.

Nadella también ha hecho las paces con el código abierto, un movimiento de tecnología gratuita que Microsoft había resistido durante mucho tiempo. Sorprendió a los observadores de la empresa el pasado noviembre al abrir parte del código informático detrás de la herramienta patentada de desarrolladores de software .Net, permitiendo así a los programadores a realizar sus propios cambios y mejoras.

El trimestre pasado, Microsoft también hizo que fuese más fácil utilizar su servicio Azure con CoreOS y Docker, dos tecnologías de desarrolladores basadas en Linux, una alternativa de código abierto para Windows que Ballmer famosamente calificó de un “cáncer”. En un evento de medios de comunicación el trimestre pasado en San Francisco, Nadella declaró que “Microsoft ama a Linux”.

“Nunca pensé que… estaría en un evento de Microsoft”, expresó Alex Polvi, presidente ejecutivo de CoreOS, un diseño de distribución de Linux para despliegues a gran escala, “y escuchar al presidente ejecutivo de Microsoft decir que aman a Linux”.

Fuente: The Wall Street Journal

Jueves 5 de febrero 2015

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Por: Shira Ovide