Las bolsas más activas de Centroamérica concluyeron un año bastante variopinto.

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El liderazgo de Panamá también es visible en el mercado bursátil. Aunque el volumen transaccional de las bolsas panameña y salvadoreña está muy por debajo del que reporta la plaza costarricense.

Sin embargo, con datos de enero a noviembre de 2014 y con una probabilidad mínima de variar drásticamente al cierre acumulado de diciembre, la bolsa panameña mostraba un crecimiento del 4.35 % comparado con el mismo periodo de 2013, para un valor total transado de $4,875 millones.

El mercado primario en dicho período reportó transacciones por un valor de $3,137 millones, es decir, $51.1 millones menos con un decrecimiento de 1.60%. Mientras que el secundario transó $1,732 millones, lo que refleja un crecimiento del 17% equivalente a $254.64 millones más.

Roberto Brenes, vicepresidente ejecutivo y gerente general de la Bolsa de Valores de Panamá (BVP), explica que el mercado de valores panameño ha sido desde siempre mucho más corporativo, aunque en 2012 el Estado llegó a tener la mitad de la colocación.

En el acumulado a noviembre, el mercado corporativo sumó $2,974 millones, mientras que el Estado colocó deuda por $1,901 millones.

Si bien es cierto la bolsa mostró un crecimiento nada despreciable en 2014, no mantiene el ritmo que traía en años anteriores. Si se comparan los resultados de los últimos años, por ejemplo, 2012 fue excepcional con una colocación de $6,603 millones que no se ha vuelto a igualar.

Brenes comentó que en 2014 la bolsa sumó 16 nuevos emisores para un total de 151, entre ellos algunas empresas del sector eléctrico, por ejemplo, lo que ha sido uno de los factores de crecimiento.

Para la plaza costarricense el año pasado no fue tan positivo. La disminución de la colocación del Estado en el mercado local afectó directamente en el total transado. Según las estadísticas de la Bolsa General de Valores, el Estado redujo un 18 % su colocación en todos los mercados.

José Rafael Brenes, gerente de la Bolsa General de Valores (BNV) de Costa Rica, explicó que esto se debe a una decisión legítima del Gobierno por colocar más eurobonos, es decir, con inversionistas y mercados extranjeros, y no en la plaza local. En parte porque por medio de un decreto se facultó al Estado hacer emisiones de $1,000 millones de eurobonos por año en los últimos cuatro años (2010-2014).

Pero por otra parte, el gerente de la bolsa costarricense explicó que la situación volátil de las tasas de interés en 2013 hacía atractiva la colocación local. Algo que no sucedió el año pasado cuando se observaron tasas bajas que no ofrecían los rendimientos de la deuda externa. Por lo que competir con mejores rendimientos era difícil, reconoció.

La tendencia bajista se arrastra desde 2009.

De acuerdo con la proyección de crecimiento al cierre de 2014 en comparación con los datos cerrados de 2013, la BNV de Costa Rica mostraba un decrecimiento de 12.6 %. En 2013, se negociaron $58,499 millones, mientras que lo proyectado en 2014 fueron unos $7,365 millones menos. A octubre del año pasado el monto acumulado negociado en la bolsa tica sumó los $43,547 millones.

Visto por mercados, el comportamiento fue positivo solo para el mercado primario costarricense; ya que este sector habría crecido 3.17 %.

El mercado de liquidez (corto plazo), que es el de mayor proporción, según la expectativa, habría descendido 5.13 %, para un total negociado de $20,421 millones. En el caso del de reporto, la caída sería del -13.4 % con un monto negociado de $16,206 versus los $18,736 de 2013.

En el mercado salvadoreño, al cierre de 2014 se había negociado $3,535 millones, lo que reflejó un leve crecimiento del 1.0 %, respecto al cierre de 2013. Un año antes, el mercado había crecido 3%.

El leve crecimiento de 2014 proviene principalmente del primario, ya que el secundario sufrió una de las caídas más drásticas.

Rolando Duarte, presidente de la Bolsa de Valores de El Salvador (BVES), lamentó la caída del mercado secundario con 47%, equivalente a $274 millones menos en comparación con 2013, cuando se colocó $581 millones, mientras que en 2014 solo fueron $307 millones.

El mercado primario, por otro lado, mostró un crecimiento del 15% lo que significó la negociación de $107 millones más con respecto a 2013.

La depresión del mercado secundario se debe tanto “a la incertidumbre por las elecciones presidenciales” como al bajo crecimiento económico.

Pero sobre todo, afectó la aplicación de un impuesto del 0.25 % sobre el valor de transacciones financieras, fueran estas por medios electrónicos o, cheques, mediante una nueva ley que incluyó a la bolsa.

Duarte explicó que el impuesto que se aplica a cada transacción ha elevado el costo y bajado la rentabilidad del negocio. “Porque dentro de la dinámica del mercado secundario un mismo bono que puede ser vendido y comprado una y otra vez y a este se le aplica el impuesto hasta n veces, y eso ha matado el negocio”, sentenció Duarte.

Retos

Para los líderes de las bolsas regionales este año estará lleno de retos para mejorar el ritmo de emisiones y el crecimiento bursátil de cada país.

En el caso panameño, se espera que mediante una facilitación en las leyes se financien más proyectos inmobiliarios y de energía con las emisiones en la bolsa.

Costa Rica deberá ver cuál es el comportamiento del Estado con las emisiones locales tras haber terminado su autorización para las colocaciones internacionales y los altos y bajos en las tasas de interés internas.

Para El Salvador el panorama se pinta más duro y más retador. Duarte es optimista y asegura que la BVES ya está pensando en los paliativos para sacar de la depresión al sector. Por un lado, comentó que continuará propiciando foros de discusión para que se ejecute una reforma a la ley del impuesto sobre las transacciones financieras para que esto no aplique a las negociaciones en bolsa y vuelvan a incentivar al mercado secundario.

También, y esta es su apuesta mayor, está la aplicación de los instrumentos disponibles con la aprobación de la Ley de Fondos de Inversión con la que se espera abrir la bolsa a nuevos inversionistas y de otros nichos, como el de la construcción.

El presidente de la bolsa salvadoreña señala que los fondos de inversión no solo son una nueva herramienta que trae sofisticación y democratización al sector, sino que también “serán un motor de crecimiento para el mercado de valores del país”. La apuesta de la Bolsa en este sentido va en serio. Tanto que han participado activamente en conjunto con el Banco Central de Reserva en la construcción de la normativa. También han avanzado en la creación de una propuesta de software para que el mecanismo se aplique de la mejor manera y en el menor tiempo posible. De este modo, desde la bolsa se están anticipando para construir y tener listo el andamiaje de los fondos de inversión para su pronto uso.

Fuente: El Economista

Edición Febrero- Marzo 2015

Por: María José Saavedra