Así, las firmas interesadas en constituir dichas sociedades, que serán las encargadas de operar los capitales, ya tienen un marco legal para solicitar su inscripción ante la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF).
La nueva figura financiera permitirá que personas inviertan en un fondo común y reciban una rentabilidad proporcional a su participación.
La legislación no establece ningún límite mínimo para invertir, Duarte estima que las gestoras podrían comenzar por unos $500.
¿Por qué se apunta a $1,000 millones? Duarte se basa en que la herramienta vendrá a sustituir al anterior esquema de administración de cartera, el cual llegó a movilizar unos $950 millones. “Esa es la meta, ojalá me quede corto”, aseveró.
Por su lado, la BVES elaborará un mecanismo de valoración, el cual monitoreará diariamente a los fondos de inversión. Además, se obligará a los fondos y gestoras a contar con al menos una calificación de riesgo.
Entre los beneficios para el inversionista destaca que durante los primeros cinco años de funcionamiento, la rentabilidad no pagará Impuesto Sobre la Renta; por otro lado, aunque una sociedad gestora llegara a caer en “default”, los fondos no pueden ser embargados.
Roberto Erroa, presidente de la Asociación de Intermediarios Bursátiles (ASIB), planteó que los fondos podrían invertirse en una diversidad de áreas, como bonos, acciones, inmuebles y el financiamiento de proyectos de inversión.
Fuente: El Economista
Miércoles 13 de mayo de 2015
Por: Pablo Balcáceres