Esta es la moraleja que destacó Melizandro Quirós, un consultor financiero experto en Fondos de Inversión, en la primera ronda informativa que la Bolsa de Valores de El Salvador (BVES) realizó para las gestoras que se encargarán de administrar este nuevo rubro.

Fuente: Expansión

Martes 16 de junio de 2015

Por: Guadalupe Trigueros Fabeiro | Fotografía cortesía


Cuando Costa Rica empezó el mercado de los FI, destacó, cometió el error de estipular como inversión inicial $25,000 dólares para los pequeños inversores, factor que fue sumamente criticado por legisladores del sistema, debido a que no todos los costarricenses pueden aportar con facilidad dicha cifra en un mercado de valores. Finalmente, la sabia decisión fue bajarla a un mínimo de mil dólares y el apetito se incrementó.

Se considera que los fondos de tipo abierto pudiesen llamar más la atención de los pequeños inversionistas, porque adquiere liquidez mensualmente, mientras en el cerrado, es de forma periódica prolongada.

No es este el caso en Costa Rica, los más rentables se registran en los inmobiliarios y los de cartera internacional (acciones), que son fondos cerrados, explicó.

Sin embargo, todavía los pequeños inversionistas no son la mayoría en el mercado de Fondos de Inversión, ya que pese a la trayectoria del sistema, solo representan entre el 25 y el 30 %de las transacciones en la opción abierta, señaló el experto.

“Los usos que le dan a esta liquidez es para flujo personal o empresarial, y los FI se vuelven más atractivos que los rendimientos de un banco”, comparó. En El Salvador, los FI entrarán en vigencia al cierre de 2015 y, según la BVES, el monto con el cual podrían comenzar su participación los inversionistas minoritarios podría ser de $500 dólares o menos, pero dependerá de la naturaleza de cada fondo por operar.

Financieros e inmobiliarios son los dos tipos de fondos que prevalecen en este sector. Entre los primeros los hay de liquidez (invierten en instrumentos de corto plazo); los de renta fija (bonos, certificados de largo plazo); los de renta variable (inversión en acciones); y los de renta mixta (valores de renta fija y bonos de renta variable). Entre los no financieros los hay inmobiliarios (inversión en inmuebles); de desarrollo (edificios para venta o alquiler); y de capital de riesgo (proyectos empresariales).

Naves industriales financiadas por la bolsa

Ser desarrollador de centros comerciales o complejos urbanos en El Salvador significa tener la plata para invertir o de lo contrario, la banca no podrá financiarlo a largo plazo. Según el planteamiento de Melizandro Quirós, consultor financiero y experto en Fondos de Inversión, este mercado cambia la lógica del desarrollador, porque encuentra una nueva opción para financiar sus proyectos, con muchos inversionistas dispuestos a apostar por el este.

Costa Rica tuvo el mismo problema, pero cuando se desarrolló la industria de los fondos de Inversión, surgió un “boom” de construcción de centros comerciales y urbanos y corporativos, comparó.

En el caso de El Salvador, observó, el país puede aprovechar este mercado para financiar la construcción o desarrollo de naves industriales destinadas a la industria textil y de confección, o a la de ensamble tecnológico.

“Un Fondo de Inversión tiene una visión diferente, porque estructura (el financiamiento) por 10 o 15 años, mientras un banco solo a cuatro”, comparó el experto.

Con un FI, el desarrollador no está sujeto al calce de los bancos para recuperar el dinero invertido, ya que los inversionistas del FI quieren la plata a largo plazo. Por ende, agregó, el desarrollador de una nave industrial se la vende a los inversionistas de un FI, el cual a su vez se vuelve un comprador relevante que actualmente no tiene el mercado salvadoreño. Incluso, los fondos de pensiones también podrán invertir en la venta o alquiler de estas naves, por medio de los FI, captando más rentabilidad, agregó.