Esta operación es la única que no ha sido comprada después que Citi anunciara en octubre del 2015. En aquel momento, dijo que cerraría su banca retail en seis países de América Latina (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Perú) debido a que perdieron importancia en su estrategia corporativa global.
En un año, Citigroup concretó la venta de Nicaragua al Grupo Ficohsa. Además se anunció que las operaciones en Costa Rica y Panamá serán adquiridas por Scotiabank. Hay un acuerdo de venta de las operaciones de Guatemala al grupo Promerica.
Sin embargo, desde el año pasado, Citi dijo que continuaría atendiendo a clientes corporativos regionales mediante otros vehículos legales.
La operación en El Salvador
"El crecimiento débil de la economía salvadoreña restringe el crecimiento crediticio y supone presiones a la calidad de activos de los bancos. A la vez, la competencia elevada por depósitos, los cuales crecen a tasas menores que los préstamos, afecta el margen financiero de los bancos e incrementa el uso de fondeo mayorista, lo cual aumenta el riesgo de liquidez", reseña la calificación de Citi que otorgó un ‘AAA (slv)’, con perspectiva estable.
Para Fitch, el indicador de préstamos con mora superior a 90 días es alto y continuará en un nivel superior al del sistema bancario en el corto plazo. Esto se debe a su exposición elevada a préstamos de vivienda y comerciales de calidad muy débil, los cuales otorgaron administraciones anteriores. Además, la reducción en préstamos vencidos sigue siendo inferior a la de la cartera total, lo cual impide que el indicador de mora disminuya.
El gasto en provisiones elevado y la eficiencia operativa débil continuarán presionado la rentabilidad operativa, la cual es negativa desde 2014. Las liberaciones de reservas y recuperaciones de cartera castigada se han reducido, incidiendo en la utilidad neta.
La capitalización elevada seguirá sustentando su capacidad robusta para enfrentar pérdidas. Por otro lado, la contracción del balance permite mantener una posición patrimonial elevada, pese a la rentabilidad débil y a la distribución de dividendos alta. Fitch anticipa que el indicador de Capital Base se mantendrá superior a 20% en el corto plazo.
Citi financia sus operaciones principalmente con depósitos del público, mismos que están diversificados adecuadamente (20 clientes mayores: 12.6%). No obstante, Fitch no descarta la migración de depósitos en cierta medida por parte de clientes corporativos, dependiendo de la estrategia y el perfil del accionista nuevo. Los márgenes de liquidez amplios de Citi mitigan la estructura de depósitos predominantemente de corto plazo.
A junio de 2015, las disponibilidades e inversiones líquidas cubrían 40% de los depósitos. Asimismo, la cobertura de liquidez es holgada para obligaciones con vencimientos menores a 180 días
Citi mantiene una participación moderada en la industria bancaria de El Salvador. A junio de 2015, el banco representa 10,4% de los activos del sistema. Además, es uno de los competidores principales en tarjetas de crédito ya que mantiene 37,9% de los saldos totales del sistema financiero.
Sensibilidad de las clasificaciones
Las clasificaciones de Citi podrían reducirse si fuese adquirido por inversionistas con un perfil crediticio con calidad menor al actual. Para determinar las clasificaciones de riesgo, Fitch evaluará tanto la fortaleza financiera intrínseca de Citi como el soporte potencial de su accionista nuevo.
Fitch afirmó las siguientes clasificaciones de Banco Citibank de El Salvador, S.A.:
Escala Fitch
- Clasificación Nacional de Largo Plazo en ‘AAA(slv)’;
- Clasificación Nacional de Corto Plazo en ‘F1(slv)’;
Perspectiva Estable.
Escala regulatoria de El Salvador
- Clasificación de emisor en ‘EAAA(slv)’;
Perspectiva Estable.