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El Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) advirtió de la alta vulnerabilidad del Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) a ser utilizado para “las elevadas actividades de lavado de dinero”.
La alerta la emitió el 19 de noviembre del 2015, luego de realizar una evaluación de todas las actividades de Bicsa en suelo estadounidense, propiamente en la sucursal en Miami, Florida.
La falta de controles para combatir el ingreso de dinero ilícito es una de las causas por las cuales la supervisora bancaria de Estados Unidos le asignó la peor de las calificaciones al banco costarricense.
Bicsa recibió un 3 en la calificación SOSA, la cual define el nivel de supervisión de las organizaciones bancarias extranjeras que operan en el país norteamericano. Esto implica que “posee debilidades financieras o de supervisión importantes” y que, por ende, “puede que se justifique implementar mayores controles”.
“La clasificación se basa también en la falta de transparencia del sistema financiero de Costa Rica con respecto a la presentación de informes sobre suficiencia de capital del banco y los recursos limitados del país, y la capacidad de supervisión para combatir las elevadas actividades de lavado de dinero y para llevar a cabo una supervisión bancaria consolidada dado el actual marco regulatorio”, señaló el informe de la FED, el cual fue declarado confidencial.
La nota roja de la Reserva Federal no solo fue asignada a Bicsa, sino también a sus dueños: los bancos Nacional de Costa Rica (BNCR) y de Costa Rica (BCR), que son propietarios del 49% y el 51% de las acciones, respectivamente.
“La clasificación SOSA de Bicsa está vinculada a las organizaciones centrales, y es la misma que se asigna al BCR y al BNCR (…), la cual no ha cambiado desde la clasificación anterior”, agregó el informe de la FED.
Bicsa es el único banco offshore (fuera de las fronteras) de la banca pública costarricense. También tiene operaciones en Panamá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Otros señalamientos. Según la FED, otros de los factores que incidieron en la calificación fueron la poca capacidad del Gobierno para apoyar a las instituciones financieras en problema y las perspectivas de rendimiento financiero de Bicsa, el BNCR y el BCR.
Además, advirtió de la urgencia de que en el Banco Internacional se tomen acciones para mejorar los controles y la infraestructura de las tecnologías de la información (TI).
“La casa matriz y la Gerencia local (de Bicsa) no abordaron en tiempo y forma las debilidades y vulnerabilidades de la infraestructura de TI”, dice el informe.
Por tales razones, la FED emitió seis exigencias, entre las que se encuentran la necesidad de migrar hacia un software integrado, crear un plan maestro de TI y realizar una nueva auditoría.
Moción en el Nacional. El contenido de ese documento, el cual fue emitido por el vicepresidente adjunto de la FED, Molly T. Willison, se conoció en la sesión de la Junta Directiva del Banco Nacional, del pasado 18 de abril, como parte de una moción que lleva la firma de los directivos Víctor Ramírez y María Jeannette Ruiz.
Ramírez y Ruiz criticaron la falta de acciones en el BNCR en aras de subsanar los problemas en Bicsa que puntualiza la FED.
“Resulta inexplicable e inadmisible que, en los últimos 22 meses, prácticamente nunca se trajo al seno de la Junta Directiva del Banco Nacional los problemas que enfrenta el Bicsa y que, al parecer, cada día tienden a empeorar”, reza la moción.
No fue sino hasta el 4 de abril del 2016, cinco meses después de que la Reserva Federal emitió su evaluación, que el Nacional acordó pedirles a sus representantes en Bicsa un informe de las acciones tomadas, tras los señalamientos de Estados Unidos. Anteriormente, si bien el tema se discutió, no quedó en actas.
En la mira. Recientemente, Bicsa estuvo en el centro de la polémica ytuvo que salir corriendo a dar explicaciones a las autoridades de la FED , luego de que una firma ligada a una de sus directoras fuese denunciada por una presunta legitimación de capitales.
Se trata de Latinamerica Trust & Escrow Company (Latco), la cual es investigada por el Ministerio Público ante dudas sobre el origen de sus recursos. Esa compañía recibió, en cuentas en el BCR, $67 millones procedentes de dos empresas domiciliadas en Malta y Dubái, que son propiedad de la costarricense Marisol Carvajal Cordero, de 35 años y gerenta del sportsbook 5 Dimes.
La apoderada generalísima de esa empresa es Jennifer Morsink, quien entonces integraba tanto la directiva de Bicsa como la del Banco Nacional.
En la actualidad, Morsink se encuentra incapacitada por prescripción médica.