Así, el año pasado, la entidad transó un total de $4,400 millones, es decir $584 millones más que lo reportado en 2015; un resultado que, de acuerdo a Rolando Duarte, presidente de la institución, dejó bastante satisfecho al mercado de capitales.

Si se analiza por mercados, los reportos continuaron siendo los de mayor volumen transado con $3,362 millones. El segundo lugar correspondió al mercado primario con $437 millones, un alza de $24 millones con respecto a 2015.

En un tercer peldaño se ubicó el mercado internacional con $334 millones. La BVES indicó que dicho volumen se vio incrementado en $166 millones a causa de los eurobonos emitidos por el Gobierno.

En contraste con estos, y por segundo año consecutivo, el mercado secundario se mantuvo a la zaga y con decrecimiento. En 2016, este registró un movimiento de $267 millones, es decir $4 millones menos que en 2015, cuando llegó a $271 millones.

El referido mercado registró su primera caída en 2014, año en que el volumen movido bajó de los $584.9 millones alcanzados, en 2013, a $308.3 millones.

De acuerdo con la BVES, ese desánimo inició el 1° de septiembre de 2014, con la entrada en vigor del impuesto a las transacciones financieras, el cual se aplicaba cada vez que un título a certificado iba a ser vendido, generando costos adicionales a la compra y venta, y derivando en una caída de su actividad.

En varias ocasiones, Duarte se refirió al tributo señalando que estaba matando al mercado secundario, y la misma BVES solicitó a la Asamblea Legislativa que dejara por fuera del gravamen a las transacciones en bolsa.

La respuesta no llegó sino hasta el pasado 17 de diciembre, cuando los diputados aprobaron dejar fuera de dicho impuesto a las transacciones bursátiles.

Aunque para entrar en vigor, la medida requiere todavía de la aprobación del Presidente de la República y su publicación en el diario oficial, Duarte celebró la decisión y confió en que la exclusión dará nuevamente dinamismo a dicho mercado.  
 “Esto le dará una vida nueva al mercado secundario que es la esencia de la bolsa por que usted puede vender o comprar en cualquier momento un certificado y tener liquidez”, dijo.

Mejores expectativas 

Con esa mejora en las condiciones, los representantes de la Bolsa creen que este año podría resultar más prometedor que 2016.

El análisis de la entidad indica, por ejemplo, que cada vez hay más instrumentos de financiamiento que se vuelven atractivos tanto para empresas que quieren financiarse como para la oferta de inversores.

Prueba de ello es que nuevas empresas acuden a la bolsa para ejecutar titularizaciones. Un instrumento que también es tomado en cuenta por un creciente número de entidades privadas y públicas.

Para el presidente de la Bolsa, aunque es cierto que en 2016 se registraron menos emisiones de títulos valores que en 2015, lo cierto es que el año pasado reportó nuevos emisores, lo cual siguió siendo positivo.

En total, dentro del mercado primario privado se registraron $62 millones en titularizaciones, $66 millones en papel bursátil y $207 millones en certificados de inversión.

Desde la primera titularización (2010) hasta la fecha, se han emitido $800 millones que han dinamizado la economía mediante capitalizaciones e inversión.

De este total, $132 millones han correspondido a titularizaciones del sector privado como las del Liceo Francés,  Apoyo Integral Sociedad de Ahorro y Crédito y Club de Playas Salinitas. Asimismo, en 2016, tres nuevos emisores se sumaron a la bolsa: Pentágono, Inversiones Financieras Grupo Azul y VIVA OUTDOOR.

“Es un gran paso para las empresas; es abrirse para que vean cómo están”, puntualizó Duarte.

Revista El Economista Miércoles, 11 de Enero del 2017 | Escrito por - María José Saavedra